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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Aaaaarrrrrgggghhhhhhhhhhh!

(¿quien me manda pero quien me manda cortame el pelo?)

Magia

Ayer fue mágico el paseo por Madrid. La gran vía iluminada, la lluvia, la gente, los olores. Buscar regalos para C&M (y sus bromas). La comida en el vegetariano de la plaza de la paja (ideal). La cena por los suelos de Arabia, tan recomendable. El mensaje de mini mushu. Los nervios por llegar a casa. Conectarme y descubrir seis hadas. No hay palabras. Hoy me han encantado tres cosas. Ellas, otra vez (mañana más), la tarde de envolver y katie melua y dos correos que he recibido. Se ha quedado dormido M sobre mis piernas. Le acaricio la cabeza. Más magia. http://www.youtube.com/watch?v=DTy3WA0Pq8M&feature=related

Al mal tiempo mejor cara

El día menos pensado me duché y en la cocina aparecieron las caras de bélmez. Un drama de tuberías o así, supongo. Mientras decido si organizar visitas guiadas para sufragar el coste de la tirita, me ducho en otro baño (soy tan guay). Lo que quería contar es que hoy he descubierto una pequeña maravilla en este otro templo del agua. Puedo abrir la ventana mientras me cae el todo niagara encima y (i) oler el invierno y (ii) ver árboles, montes, hierba, casas a lo lejos, el cielo, pájaros que vuelan, pájaros que no, nubes al borde del deshielo, un columpio que hiberna, una montaña de leña, humos de chimenea. El aire gélido de fuera se mezcla con el vaho de dentro. ¡He creado el estrecho de gibraltar del pueblo del viento! Qué pena cerrar grifo y ventana. Para el año que viene me pido más.

Yo me remendaba yo me remendé

Llega la navi y no sé dónde meter la cabeza. El aire se llena de villancicos y las ventanas de estrellas fugaces. Los niños, las calles, los pobres corderitos colgando de un gancho. Teléfonos que suenan buenos deseos, sonrisas que ayer dolían. Otro año vuela. Comer y cenar. El horno a doscientos empaña la cocina. Me acuerdo de todos. Me visto de negro (por estilizar, más que otra cosa) y me uno a la noche jurando que es la última vez. Es tan dificil ser no navideño que utilizo el día para agradecer todo y desear felicidad sin límites a quien quiera ser feliz. Luego encenderé velas e inciensos. Y tal vez me anime a tararear algo, que no se diga.

EL poema - sin comentarios

I celebrate myself, and sing myself, And what I assume you shall assume, For every atom belonging to me as good belongs to you. I loafe and invite my soul, I lean and loafe at my ease observing a spear of summer grass. (...) http://www.youtube.com/watch?v=MBAMPc5TUgA

Una noche

Cuánta lluvia ¿verdad? Esta noche me ha desvelado su rítmico tac tac y me he acordado de la última vez que me despertó-hace poco, en Lanzarote. Fue una tormenta increíble. Me sacó de la cama y me llevó de la mano a la terraza. Desde allí podía ver el mar cuando el relámpago convertía la noche en día. Qué terror tan bello. No había luz en Órzola. La noche era negra y los truenos provenían de un volcán en erupción. Cada relámpago iluminaba el mar. De repente tranquilo. De repente elevando olas gigantes por encima del barco. Un punto rojo pequeño, muy pequeño, hacía las veces de faro. No hacía frio y me dejé mojar por ráfagas fugaces de viento y agua. El pelo desbocado, y la camiseta. Los pies descalzos -por una vez- me ataron a la tierra.

y hoy

Me he tirado en trineo con M por la cuesta del garaje. He encendido la chimenea. Me he puesto un gorro y manoplas. He cosido corazones. C ha recibido un gran abrazo. Me he despertado a las diez. He visto fotos de flores. Hasta ahora no he leido. El coche se ha puesto patines. He conseguido evitar el golpe, aún no sé cómo. He vuelto. He escrito algo. Me ha gustado la lluvia de fondo. He hablado con E. He comido jamón, ¿muy a mi pesar? He coincidido con mi fantasma. No tengo sueño. Una despedida y mil sonrisas. Satie, otra vez. http://www.youtube.com/watch?v=WIVp05sEPhE&feature=related

Ayer

No puedo decir que fuera un día perdido, pero casi. La mañana transcurrió en un ir y venir de maletas ahora llenas ahora vacías, mientras cuerpo, casa y vida entraban de nuevo en calor (tengo la romántica suerte de poder decir que con la chimenea a toda pastilla). Dediqué un rato -sin muchas concesiones, otra vez será- a hacer unas anotaciones sobre los libros que leí la semana pasada, en un arrebato de buen tiempo y mar. Ya con la oscuridad en los talones -en pleno ataque de frenética actividad- decidí aventurarme al diciembre de fuera y hecha un ovillo de lana dí el primer paso hacia el invierno. El paseo me llevó a la librería, de donde salí con los brazos llenos y el espíritu un poco más festivo. De vuelta a casa se me ocurrió entrar en el salón y aquí me he quedado, como una de las chicas de el ángel exterminador , pero en soledad. Bueno, vale, con Lila Downs. http://www.youtube.com/watch?v=Duz46yY8FH8&feature=related

¿Por qué no vivo en Canarias?

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(de vuelta de Lanzarote, ay)

maravilha

Fuera hace el frío suficiente para que las manos me pidan a gritos unos guantes. El cielo está blanco. Acabo de entrar en casa y me estoy preparando un té (English breakfast, siempre). Los ojos se me van por la ventana y me sorprende la feliz idea de no tener que salir de aquí. Ni siquiera el primer intento -fallido- de tostadas (sí que tengo mis limitaciones) me puede arrebatar esta sensación de felicidad extrema. No hace ni dos semanas iría de camino a Madrid, con la angustia del marrón del día. En esta mañana de mirar el frío me acuerdo de Juan. He olvidado el resto. http://www.youtube.com/watch?v=rWI0yKvnLhA

Al hilo de lo anterior

Leo a Vargas Llosa: "La ficción nos completa, a nosotros, seres mutilados a quienes ha sido impuesta la atroz dicotomía de tener una sola vida y la facultad de desear mil".

Escribir

En los últimos meses he comenzado a interesarme por el proceso de escribir y aunque leo con el máximo interés todo lo que encuentro relacionado con el tema, no consigo disipar mis tenebrosas dudas (cuento tres, hay más). Primera duda (semi resuelta): ¿por qué? He llegado a la conclusión de que para mí escribir es una necesidad vital, ¿una búsqueda? ¿la forma de llegar a todos los lugares que no veo desde aquí? ¿una terapia? Lo que digo, una necesidad. Reconozco que he descubierto hace poco que también me interesa la parte exhibicionista de todo esto y que me apetece contarme, explicarme, exponerme, que me vean. Segunda duda: ¿cómo? Hasta hoy estoy en pleno inicio de camino. Quiero pautar el tiempo. Quiero dedicar unas horas determinadas cada día. Quiero ser una oficinista del cuento. Eso es. Una oficinista del cuento. Pero (tenía que haber un pero, claro) no puedo. Escribo cuando me urge escribir. De repente lo siento. Sé que es el momento y cojo la pluma (no puedo evitarlo) y vuelo po

Para variar

Definitivamente he enloquecido. De otra forma, no me explico que haya vuelto del pueblo con un precioso -o sea- delantal. ¿Para qué quiero un delantal? me he preguntado nada más cerrar la puerta. Aún lo ignoro. Eso sí, lo llevo puesto, por si se me ocurre de repente la utilidad que demanda. Además, estiliza bastante mi ya de por sí emocionante figura, me aporta un aire de sofisticación doméstica que no me disgusta y resulta muy muy práctico, con su bolsillo delantero (ideal para guardar retales de fieltro). Lo que os decía. Había pensado escribir sobre la repercusión de la crisis de valores en el florecimiento de los centros comerciales, pero (i) tenía que contar lo del delantal y (ii) el fieltreo post pueblo ha resultado tan relajante que prefiero darme un baño, así que otro día menos naif le doy vueltas a la idea. Por lo demás, de lecturas estoy poco fantástica. Exceptuando Expiación (Ian McEwan, me ha dado por abusar de la literatura británica contemporánea), estoy centrada en el p

Mis labores

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He llegado a pensar que la ilusión por dejar el trabajo se fundamentaba en el fieltro. Tenía la vaga (y romántica) imagen de mi misma cortando colores y cosiéndolos unos sobre otros en mil formas divertidísimas. Me parecía una ocupación bárbara, sin olvidar su posible rentabilidad a corto plazo en forma de mercadillo jipi o si eso medieval. Esta tarde (por fin) he comprado las primeras tiras. Morada, malva, azul, rosa, verde, rojo, granate y seguro que me dejo alguno, y con la impaciencia que me caracteriza ya he confeccionado un corazón obeso de algodón (maldición, la de la tienda no tenía relleno), dos conjuntos monísimos para coser en unas gomas del pelo, una estrella (también algodonada) y una especie de tallarín sin uso aparente pero ideal. Me temo el resto de fin de semana. Estoy sola, sin oficio conocido y con noches llenas de luna y nada más. El estado ideal para enloquecer con la tricotosa. Y no se me ha ocurrido nada mejor que escribir en búsqueda “manualidades y fieltro” . I

Escribiditas

Noviembre ha sido un mes de escribir. Y diciembre lo será de leer, me temo. Tengo un par de ideas queriendo salir del escondite que es mi cabeza, pero ha sido tan intenso el esfuerzo de terminar (si es que alguna vez se terminan estas cosas) El solo que me quiero quedar en blanco. De las dos ideas, una me gusta para darle una vida más profesional a esta paginilla. La otra pasa por matar a Arcángel.

Una mesa vacía...