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Mostrando entradas de diciembre, 2012

365 palabras para 2012

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revuelto de cosas que contar

La última vez que sentí la necesidad necesidad de escribir aquí quise hacerlo sobre los días blancos. Los días blancos no nieva, pero suelen ocurrir a finales de otoño... en invierno. Los días blancos son los únicos que no me gustan. Suelo no querer salir de la cama cuando los días son blancos. Mi intención en aquél día que evidentemente resultó blanco era contar lo de los colores y los días -porque hay días amarillos, días azules, días grises, días naranjas- y lo bien que me sientan unos y lo poco que me gustan los blancos.

domingueando

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Hoy que toca hacer cosas de domingo he colgado un cuadro. Quien dice cuadro quiere decir fotografía y quien dice colgar más bien se ha machacado un dedo, que es eso tan gracioso cuando le pasa a los demás y tan de pena cuando el que no atina es uno mismo. Compré la foto -que deberíais ver a la izquierda- a una de las personas con las que trabajo en mi faceta de programar exposiciones. Y la compré porque (i) me encanta y (ii) -entre nosotros- me da ganas de comprarme una cámara y salir a inmortalizar momentos únicos y bellas casualidades.

a contracorriente

Que estoy pensando que se vive mucho mejor a contracorriente. Yo llevo toda la vida haciéndolo y -a pesar del caos en el que siempre estoy- me siento bien y feliz. Todo esto viene a cuento del rato que pasé ayer en el trabajo. Resulta mucho más efectivo un sábado en soledad que toda una semana laboral. Y de ahí al resto de mi vida, siempre tan a contracorriente. Que había que casarse y buscar trabajo... yo tenía hijos, que por la noche se duerme... yo deambulo, que café... yo té, que carne... yo verdurita, que había que ser pasante en un despacho pijo... yo a Inglaterra a un fish and chips, que llueve... a pisar charcos, que hay olas excesivas... a volteretear.

El amor no mata

Conozco a muchas mujeres que son afortunadas y no lo saben. Mujeres que se sienten bien con ellas mismas y queridas y respetadas en sus relaciones personales y familiares. Son mujeres que tienen amigos. Que hacen planes. que viajan. Que se ríen. Que trabajan. Que pueden vivir en función de sus necesidades y apetencias.  Mujeres que son libres sin ser conscientes del valor de su libertad. Mujeres que no pueden ni imaginar el sufrimiento de aquéllas otras que no se creen, que han aprendido a no quererse. Mujeres sin amigos, sin planes, sin viajes, sin risas, sin trabajo, sin respeto, sin amor. 

let it snow, let it snow, let it snow

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Ayer tuve una experiencia cercana al espíritu navideño.  A la salida del cole, en vez de venir directamente a casa, llevé a los pins al vivero. Ellos corrían, se pegaban, me asesoraban , reían.  Yo  me hice con una coniferita. Llegamos a casa en un coche lleno de navidad y con nuestras cabezas cociendo ideas felices para la tarde.