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Mostrando entradas de agosto, 2015

las cartas

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Todos los días vienen con sus sorpresas y ayer no fue una excepción.  Me estaba preparando para el diísima largo y completito de piscinacomidameriendacenaycinenocturno  (así, sin anestesia y sin parar) cuando recibí un mensaje completamente inesperado acompañado de la foto ésta que veis, que es de las que catapultan a otras vidas. Lo cierto es que mi capacidad de reacción resultó bastante limitada. El sinvivir de preparar la bolsa de la pisci x 3 y discutir también x 3 hizo que el mensaje me resultara muy confuso.  Se me ocurrieron muuuuuchas preguntas ¿Y esto? ¿Quién me lo manda? ¿Es Castell de Guadalest? ¿Llevo perlas? ¡Me encantaba esta foto! ¿De dónde ha salido? ¿Qué habrá sido de la chaqueta? Espera a ver ¿no llevo anillos? No, eso debió empezarme después. Madremía, los recuerdos.  Y yo sin tiempo. No tardé en reconocer al remitente (eso del whatsapp es rollo si no tienes la lista de contactos en orden), a pesar de la foto del perfil o como se llame, que

volver

Yo no sé si será cosa de ser mamita o si es algo común a todos: volver de vacas mola mil. Que no es que se esté mal en la playa a tope de calor y de sudores, que no es eso, es la paz de llegar a casa y empezar a organizar lo que se me viene encima en unos días. Partiendo de la base de que las vacaciones son necesarisísimas, personalmente me gustan más los fines-de-semana-willy-fog. Llega febrero y pumba, cuatro días a Fuerteventura o a Copenhage o a donde sea que nos valga con esos pocos días de descontectar. Las vacaciones en verano a mí se me se hacen muy largas y eso que mis pins son mayores y cualquier cosa con ellos ya es fenomenal (salvo esos momentos de hermanos enredados en peleas sin fin, de los que intento escapar a-mí-no-me-lo-cuentes-eso-lo-resuelves-con-C/M).

lucía fontanera

Hace dos días puse la lavadora y se inició un drama de tuberías formidable.  Oía el ruido de agua cayendo y hacía como que leía en el salón, pero en realidad me había convertido en bruja, pensando con maldad y sonrisa burlona en el vecino que se había dejado un grifo  abierto . Intrigada por la insistencia del agua que no cesa, decidí ir a hacerme un té no fuera a ser yo la del grifo abierto y os-tras, mi cocina se había convertido en sede de los mundiales de natación. Ay, el karma.

la evolución de los rincones

Ayer estuve montando una mesa y un rincón. La mesa para el rincón. Mi nuevo rincón preferidísimo en casa pequeña. Y cuando me acosté me puse a pensar que yo soy mucho de rincones. Y que tenía que escribir sobre ellos. Los rincones especiales molan mil. Y el nuevo me va a regalar muchos momentos buenos. Como el de ayer. Cuando todo estuvo listo me preparé una cenilla y me senté en paz a terminar el libro que me traía entre manos (curioso libro, me pareció malísimo pero me sacó auténticas carcajadas. Aún ando pensando qué decido sobre él). Pero de vuelta al rincón, me va a servir para cenar y para leer, para desayunar, para compartir momentos con amigos y para hacer yoga si consigo levantarme al alba. Ostras, y para escribir. Es un rincón formidable para escribir.

julio

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Julio es el mes súper en el que nacieron mis pins. Sólo por eso es una fiesta desde que empieza hasta el ultimísimo día. Una fiesta y un cansancio monumental. Si a la fiesta y al cansancio le añadimos el calorazo y la asfixia podría considerarlo un mes infierno, pero no. Es un mes pichi, siempre lleno de cosas chulas. El calor éste horrible que estamos pasando en la meseta me catapulta a la cama según entro por la puerta. No me sale hacer nada más que tumbarme y dejar pasar los días, esperando el otoño que no llega (y que no llegue en agosto, por otra parte). Tengo millonazos de planes que se quedan en una lista mental que no me sirve para nada, porque mis listas mentales son un fiasco de memoria fatal.