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Mostrando entradas de octubre, 2015

una novedad curiosa

Esta semana he empezado a colaborar en un programa de radio. El programa se llama El kiosco , y lo dirige Concha Romero, una mujer a la que apenas conozco, pero que me transmite una tranquilidad y una seguridad formidables. Además, con ella me ha ocurrido eso que nos pasa a todos de vez en cuando de congeniar.  Mi colaboración consistirá en aportar -en la medida de mis posibilidades- información sobre un tema doble que me parece fantástico: literatura y mujer. Junto así los dos asuntos que vertebran mis intereses personales en las áreas ocio y tiempo libre / reivindicaciones sociales.

el espejo y la nocilla

Hoy he llevado a C a una tienda a la que quería ir, y como era de esperar hemos acabado en los probadores. No voy a contar lo de ir a buscarla a las dos y media y comer pitando un sandwich en el coche para llegar antes de las marabuntas, porque no es el tema, pero es lo que he hecho por esa angustia extraña que me generan las multitudes. El rollo que os cuento hoy ha empezado en los probadores. Ella en uno, con sus montones de ropa. Yo en el de enfrente, sentada y resoplando y os-tras, si en este espejo me veo de espaldas. Y si me miro aquí me sale el perfil malo. ¿Y si me doy la vuelta?

estado civil: cansada

Está fenomenal tener planes y proyectos, y desde luego no lo cambio por días largos de mirarse las uñas y resoplar. Pero qué agotamiento, oyes . Tengo una sensación formidable de no dar nada a basto. Y el caso es que las cosas salen y salen muy bien y hasta medio duermo por las noches, a pesar del barullo que me organizan en el cerebro todos mis  ymañanatienesquehacer ... En el fondo (y en la superficie) me gusta andar metida en tantas cosas. Me gusta haber cambiado las tardes de manta y libro por tardes infinitas llenas de actividad. Me gusta ir cada martes a Madrid, salir a correr, el gimnasio de los jueves, el yoga -espero- de los viernes, haber retomado la obligación de escribir. Me gustan las nuevas tardes de los domingos. Las meriendas, los planes y hacer bizcochos de plátanos súper maduros para no tener que tirarlos que qué pena andar tirando comida. Me gusta trabajar. Y me gusta reinventarme, que es algo que últimamente hago mucho.

feminismos (I) las sinsombrero

¡Tenéis que verlo! Hoy he visto un documental que me ha fascinado. Se llama Las sinsombrero , y estoy deseando que llegue el fin de semana para ponerme a profundizar sobre la vida de ocho mujeres extraordinarias de las que apenas conocía -y no de todas- el nombre. El documental se refiere a la representación femenina de la generación del 27, que la hubo (y vaya si la hubo), un conjunto de mujeres que -al contrario de lo que ocurrió con los hombres de este grupo intelectual- cayó en el olvido.  Y este olvido, ahora que lo medio conozco, me parece tristísimo no tanto porque un momento histórico determinado las relegara a un segundo, tercer o lejanísimo plano (al grito cobarde y paleto de " las mujeres mejor en casa cuidando hijos") , que también, sino porque fueron despreciadas por sus propios compañeros de generación. Compañeros y amigos. 

paseo

Imagen
Contemplé tanto la belleza que mi visión le pertenece (Kavafis) Llevo dando vueltas a estos versos desde el sábado por la tarde. Me vinieron a la cabeza -supongo que fruto de esas asociaciones de las que escribía hace poco- después de unas cuantas horas en el Thyssen. No se me ocurre un plan mejor para un día sin prisas. 

una idiotez

Ayer no tocaba carrerita, pero como esta semana he estado chungui y me había saltado el lunes y el miércoles, decidí que buenovale , podía intentar retomar ritmo el viernes. Pero lo decidí con la boca pequeña y sin contárselo a mi compi, no fuera a ser que me llamara y tuviéramos que salir. Así que sobre las seis -estaba de aburrimientos- decidí ducharme, darme mogollón de cremas y oh oh del mismo entusiamo girlish, pintarme las uñas de los pies de un color rojo rojo veraniego por mil.

hoy os escribe mi ego

Esto es una tontería y tal (y además no considero que tenga mayor mérito), pero me apetece contarlo porque me ha hecho mucha mucha muchísima ilusión: Esta mañana ha caído en mis manos el primer libro en el que se han incluido dos relatos míos. Me ha encantado verlos ahí, tan maquetaditos en su nuevo formato, y releerlos (los dos son de hace unos cuantos años, de cuando escribía, ay) y pensar ayayay que no encuentre algo que me chirríe y encontrar en uno de ellos ese algo y pasar la página porque ahí ya no se puede meter la pluma y total para qué me voy a estancar en el horror. Qué pasada.