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Mostrando entradas de diciembre, 2017

felicísimas fiestas a todos

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Disfrutad de estos días que, aun siendo fríos, están llenos de magia .

loads of thanks

Ayer me encontré con alguien a quien no veía desde hace años. Podría decir que es alguien de quien no sabía nada, si no fuera porque hace un par de semanas le escribí para pedirle un favor. No tuvimos ocasión de extendernos mucho más allá del favorín. Por lo que me dijo ayer, me confundió con mi hermana y con ella se llevó menos. Qué cosas tiene la vida.  El caso es que ayer, llegando a mi clase, nos cruzamos. Él iba caminando y yo en coche. Aparqué y tuvimos unos quince minutos para ponernos al día. Me acompañó y se quedó un ratito conmigo mientras colocaba las esterillas, los bloques y -of course- encendía la calefacción. 

diciembre promete

No sé si tendrá que ver con la Navidad del año pasado, que resultó maravillosamente molona y feliz, o si es cosa mía que con la edad voy evolucionando a bien, el caso es que me he transformado en espíritu navideño. Y oye, qué felicidad, para variar, que yo siempre he sido la cascarrabias de la Navidad. He decidido, aún intento averiguar cómo o por qué, que desde ayer solo voy a escuchar canciones navideñas. No villancicos, esos los dejo para Nochebuena, sino canciones que tengan que ver con este diciembre que estamos empezando. La lista es básicamente inglesa y esto me hace pensar que la primera navidad que disfruté de verdad de la buena la viví en las Midlands. Va a ser que lo que a mí me gusta es el estilo anglosajón. Mañana decoraré mi casa y hornearé galletas (jajaja, diría que de jengibre, pero no sé si me atrevo a tanto). También tengo pensado organizarme para navideñear en mis clases de yoga y patinar sobre hielo y ir mucho al cine (el sábado vi Perfectos desconocid

frío

El frío es ideal desde el calor. Preciosísimo si es pensado. Sentido, un desastre. Imaginarse un bosque nevado, una casita de piedra, el humo saliendo de la chimenea, el calorcito del fuego, el olor a madera quemada, unos buenos calcetines de lana, estar delgadísima y que el jersey largo de punto gris clarito te quede divino mientras te calientas las manos con un té es maravilloso. Llegar a trabajar, que no funcione la calefacción, que el frío se te instale en las venas y lo sientas recorriendo tu cuerpo rechoncho mientras miras por la ventana y ves la nieve caer y sabes que para llegar a casa tienes que salir al frío y pffffff qué perecísima la vida es bastante regular. Chicos, no puedo con el frío.